lunes, 18 de mayo de 2009

taller de escritura: relato

Muy temprano en la mañana Renata abrió sus ojos. Se encontraba en la cama. miró a su derecha y allí estaba él, su marido, como cada mañana desde hace treinta y nueva años. Se levantó, se puso su bata azul y sus pantuflas marrones. Y se dirigió a la cocina. Encendió la luz y una de las hornallas izquierdas de su viejo horno. Colocó agua en la pava y la pava sobre el fuego. Enchufó la tostadora.
Abrió la heladera y sacó la leche y el pan. No me pregunten por qué, pero Renata lo guarda en la heladera. Tomó dos tazas y le colocó a cada una una cucharadita de café soluble y dos de azúcar. Una vez que de la pava emergió el vapor que indica que el agua está a 100ºC, colocó la misma en las tazas.
En ese instante su marido ingresó a la cocina arrastrando sus pantuflas verdes y dijo:
-Buen día, querida.
-Buen día- respondió ella con voz de dormida y una tierna sonrisa en su cara.

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